Antes que nada, me presento.

Mi nombre es Celia Garrido Solé y tengo 29 años.

Desde la adolescencia tuve muy claro que quería estudiar psicología, me fascina el comportamiento humano, estudiar la historia de las personas para entender por qué se comportan como lo hacen.

Además, mi gran pasión siempre ha sido la música. A los 3 años empecé a estudiar solfeo y desde ahí he estudiado diferentes disciplinas, pero lo que más disfruto es el canto.

Cuando terminé la carrera de Psicología, empecé a preparar una oposición, pero pronto me di cuenta de que mi camino no estaba ahí. Y, cosas de la vida, me encontré tan perdida que acabé en terapia, y ahí comprobé por mí misma lo importante que es mirar hacia dentro y conocerse.

Gracias a este proceso de terapia, descubrí que necesitaba unir mis dos pasiones: la psicología y la música, y tomé la decisión que cambió mi vida para siempre: estudiar un máster en musicoterapia, y seguir especializándome en el uso terapéutico de la voz.

Desde entonces he trabajado con diferentes poblaciones, pero la vida, que es muy sabia, me ha llevado a especializarme en el trabajo con mujeres. A medida que he ido ejerciendo me he dado cuenta de que hay muchísimas problemáticas que nos atraviesan a todas. Por mi consulta han pasado mujeres con edades, profesiones, entornos e historias de vida completamente diferentes, y sin embargo todas tenían una larga lista de cosas en común: baja autoestima, historia de trauma, patrones relacionales problemáticos que se repiten, violencia, abusos, problemas en la relación con su cuerpo y con la alimentación, dificultades en la toma de decisiones…

Mi misión en Fénix es poner el foco en trabajar hacia dentro para poder brillar hacia fuera. Conocerte, saber por qué te comportas o te relacionas cómo lo haces, detectar cuáles de esos patrones son buenos para ti y cuáles no, es el primer paso para poder descubrir quién eres realmente y cuál es tu camino.

Yo cogeré tu mano a lo largo de ese camino para recorrerlo contigo, y te iré soltando poco a poco para que sigas caminando sola, pero teniendo muy claro hacia dónde vas.